sábado, 6 de julio de 2013

Escobas de bruja


División: Firmicutes
Clase: Mollicutes
Orden: Acholeplasmatales
Familia: Acholeplasmataceae
Candidatus Phytoplasma pini

Sin duda, el elemento más significativo de la imagen mitológica y tradicional de las brujas es la escoba. ¿De dónde salen, qué son? ¿Quién puede pensar que crecen en los bosques de coníferas de las sierras que nos rodean? Al pasear por el campo, podemos observar cómo algunas ramas de pinos presentan crecimientos extraños. Sus extremos se han desarrollado de una manera especial hasta generar grandes bolas de acículas que cuelgan del enramado. Son las escobas de brujas. Se les llama así porque recuerdan al principal símbolo de la brujería, una rama larga y libre que termina en un penacho de hierbas y hojas, denso y fuerte. 

En realidad estamos ante una malformación del crecimiento del árbol que se produce por la presencia de un parásito, un fitoplasma llamado Candidatus phytoplasma pini y que aunque utiliza diversas especies arbóreas como huéspedes, generalmente es en las del género Pinus donde se encuentra con mayor asiduidad. 

Los fitoplasmas son considerados formas intermedias entre las entidades virales y las bacterias. De dimensiones similares a los virus, los fitoplasmas son parásitos obligados del floema de las plantas. Entre los principales daños causados a su hospedador, tenemos: amarillez en las hojas, hojas pequeñas, internudos cortos y enanismo, excesiva proliferación de brotes laterales y en el caso de los pinos, piñas enanas. Los agentes causales de este tipo de enfermedades carecen de cualquier posibilidad de dispersión activa, ya que requieren de una herida en el tejido vegetal para infectar y establecerse. Sin embargo, ellos son transmitidos de planta a planta de varias formas, como propagación vegetativa, mecánica, por contacto de hojas o raíces, y mediante la semilla, polen, insectos, ácaros, nematodos, cuscuta y hongos.

El árbol se defiende haciendo crecer más hojas, que se acumulan en un punto, se secan y se quedan ahí, y crecen más hojas, y la masa se desarrolla hasta formar la escoba, a la que también se conoce como injerto de brujas; y no es inocuo, llega a matar al arbusto.