lunes, 24 de agosto de 2015

Un caso curioso de selección natural: la mosca ojos de tallo


El amiguito de la foto es un ejemplar de mosca de ojos de tallo (Teleopsis dalmanni) una especie de la familia Diopsidae que vive sobre todo en Malasia. Aunque otras especies presentan estructuras similares, la particularidad de estas moscas es que presentan sus ojos al final de dos pedúnculos extremadamente largos, hasta el punto de que pueden llegar a dificultar la percepción de la profundidad y las distancias.

Pero, si dificulta la visión, ¿por qué se sigue perpetuando este rasgo? Los biólogos atribuyen esta característica a la selección sexual. La prevalencia del rasgo es tal que los machos llegan a competir enfrentándose cara a cara para ver quién tiene los ojos más 'saltones' y han desarrollado la capacidad de alargar los ojos mediante una especie de inflado, aspirando aire por la cavidad bucal y dirigiéndolo a los pedúnculos cuando recién han salido de la pupa y son aún blandos, a la manera de un soplador de vidrio.

¿Cómo se explica la herencia de la característica? Diversos estudios han demostrado que las hembras tienen una marcada preferencia por las moscas con las protuberancias más grandes, que son más fuertes y aparecen a sus ojos como ejemplares más aptos para procrear. Además, las crías de estos machos heredan este rasgo y tienen más posibilidades de ser machos, de modo que el rasgo se perpetúa y se refuerza generación tras generación. Y todo a pesar de la desventaja de tener los ojos tan alejados del cuerpo como para dificultar la visión y llegar al extremo de que la distancia de ojo a ojo sea mayor que la longitud del propio insecto.

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