El sexo oral es ampliamente utilizado en los juegos previos humanos y aunque muchos se quejan de no recibirlo con la suficiente frecuencia, la realidad es que, para la mayoría de los animales, es totalmente inexistente. Sólo se ha registrado en los monos bonobos (Pan paniscus) y en un caso anecdótico de un orangután, pero en gran medida como un juego de comportamiento entre los jóvenes varones. Ahora, investigadores del Instituto de Entomología de Guangdong (China) estudiaron al murciélago de la fruta (Cynopterus sphinx) y encontraron que las hembras de murciélago a menudo le practicaban fellatio a su pareja durante la cópula dorsoventral. Curiosamente, no sólo encontraron que era placentero para los machos, sino también que existe una relación positiva entre dicha práctica y la duración del acto sexual.
Los investigadores encontraron que, mientras eran penetradas, las murciélagos hembra a menudo se inclinaban a lamer el eje del pene de su compañero durante el acto sexual en sí. Este comportamiento ocurrió en el 70% de los vídeos, por lo que es el único ejemplo conocido de felación “regular” en un animal no-humano. Curiosamente encontraron que en esta práctica sexual, de la que nunca los machos se retiraron, como promedio el acto duró 100 segundos más de los habituales 2 minutos. Haciendo un pequeño cálculo matemático, si los lamidos duraron 20 segundos en promedio, por lo tanto cada segundo de lamido “compró” seis segundos extras de penetración.
¿Qué beneficios tienen estas prácticas sexuales?
El sexo oral es poco frecuente en otros animales. Aparte de los ejemplos mostrados, algunos animales, como los lemures, se lamen los genitales uno al otro para juzgar si están listos para el apareamiento, si bien no hay pruebas de que lo hagan como una parte real del sexo. En cuanto a los otros murciélagos, es muy posible que ellos también practiquen el sexo oral. Sin embargo, debido a sus hábitos nocturnos, estamos en gran medida “a oscuras” sobre su vida sexual.
Los investigadores sugieren algunas de las razones posibles para la curiosa inclinación además del obvio y antropocéntrico “placer que da”. Los penes de los murciélagos contienen tejido eréctil muy similar al nuestro y se vuelve más duro si es estimulado, por lo que las hembras podrían utilizar el sexo oral para prolongar sus encuentros con los machos, para mantener sus erecciones o como lubricante para facilitar la entrada. Min Tan sugiere que esto podría facilitar para los murciélagos el transporte de los espermatozoides hasta el oviducto, lo que sería propicio para la fecundación. También podría ser una forma de acaparar a un compañero, alejándolo de las hembras rivales.
Alternativamente, las propiedades antisépticas de la saliva pueden ayudar a limpiar el pene del macho de las bacterias o de los hongos y prevenir la propagación de enfermedades de transmisión sexual.
Y, por último, el sexo oral puede ayudar a las hembras a marcar con huellas químicas a su compañero para sugerir que es una pareja adecuada. Es usual que las hembras de mamíferos suelan ejercer una elección sobre sus compañeros sexuales después del acto, rechazando el esperma de los machos “inferiores” o alentando a los superiores a desplazarlos. Todas estas explicaciones son sólo hipótesis por el momento, pero todas ellas podrían ser probadas en un futuro no muy lejano...
Referencia: Tan, M., Jones, G., Zhu, G., Ye, J., Hong, T., Zhou, S., Zhang, S., & Zhang, L. (2009). Fellatio by Fruit Bats Prolongs Copulation Time PLoS ONE, 4 (10) DOI: 10.1371/journal.pone.0007595.
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