Drosera es uno de los mayores géneros de plantas carnívoras, con más de 188 especies. Se pueden encontrar casi en cualquier parte del mundo, desde Canadá hasta Sudamérica, por toda Europa y hasta Nueva Zelanda. Sus formas y tamaños también varían, pudiendo ser desde pequeñas rosetas de apenas unos milímetros de diámetro hasta pequeños arbustos, con hojas pequeñas y redondas o largas y finas.
Los miembros de la familia Droseraceae atraen, capturan y digieren insectos utilizando las glándulas mucilaginosas que cubren la superficie de sus hojas. Los insectos son el suplemento mineral a la pobre nutrición que obtienen del sustrato en el que crecen.
El término científico proviene del griego antiguo δρόσος: "drosos" (rocío, gotas de rocío), así como el nombre común derivado del latín ros solis (rocío del sol), haciendo referencia a las brillantes gotas de mucílago que estas plantas poseen en los ápices de sus hojas.
Las hojas de las Drosera tienen capilares con un líquido dulce y pegajoso en su terminación (mucílago); el cual atrae a los insectos que se quedan pegados, y al tratar de soltarse generan vibraciones sobre las hojas, la planta las percibe y la hoja comienza a contraerse o enrollarse para sujetar más firmemente al insecto atrapado.
En algunas especies, como en la especie subtropical Drosera capensis, pueden pasar minutos u horas para que la hoja se enrolle alrededor del insecto, poniendo en contacto la mayor superficie posible. Por su parte, Drosera burmannii se caracteriza por su rapidez en enrollarse sobre su presa. De esta forma empieza a liberar las enzimas que disuelven las partes blandas del insecto y que luego asimilará como nutrientes.
Al haberse desarrollado en suelos pantanosos muy pobres en nitrógeno, han desarrollado este sistema de alimentación para poder sobrevivir y obtener este elemento tan necesario para su crecimiento.
Los miembros del género se distribuyen por todas las regiones del mundo, principalmente Australia. Viven preferentemente en lugares pantanosos o muy húmedos. Se clasifican en: Droseras subtropicales, droseras nórdicas, bulbosas, pigmeas y de Queensland.
No son especies que necesiten muchos cuidados. Como otras carnívoras, se caracterizan por necesitar humedad constante en el sustrato. Esto se consigue mediante un riego constante, pero nunca por encima de la planta, sino colocándola sobre una bandeja para que el agua ascienda por los agujeros de drenaje de la maceta. Es esencial utilizar agua libre de cal, ya que el exceso de esta sustancia podría ser fatal, por ello lo mejor sería usar agua destilada o de lluvia.
El clima debe ser templado, y algunas especies, como la Drosera intermedia necesitan un periodo de descanso con temperaturas frías.
Dado que crece en suelos pobres y con muy pocos nutrientes, no se debe abonar ni proporcionar un substrato más rico o la planta morirá rápidamente, todos los nutrientes que necesita los obtiene a través de sus presas.
En cuanto a su reproducción, podemos diferenciar básicamente tres tipos:
Por semillas: Muchas droseras se autopolinizan cuando se cierra la flor, por lo que es fácil obtener grandes cantidades de semillas. Deben plantarse a finales de invierno o principios de primavera, y algunas variedades pueden necesitar un periodo de estratificación. Las semillas son tan pequeñas que basta con esparcirlas por la superficie, sin cubrirlas con sustrato. Mantener un nivel alto de humedad les ayuda a germinar, por lo que se aconseja cubrir la maceta con plástico transparente. Tardarán entre 4 y 8 semanas en germinar.
Por esquejes de hoja: Una forma más rápida de reproducirlas, y funciona para casi todas las variedades de droseras. Separa la hoja de la planta (a ser posible con el peciolo entero), colócala boca arriba sobre el sustrato y utiliza un poco de turba para mantener la hoja pegada al suelo, pero sin cubrir demasiado los tentáculos. Mantén la maceta en lugar luminoso pero sin sol directo, y con humedad alta. Al cabo de varias semanas brotarán pequeñas plantas, generalmente de los tentáculos.
Por esquejes de raíz: En las variedades que tienen raíces largas y gruesas como la drosera capensis, puedes cortar trozos de unos 5 cm al final del invierno, antes de que la planta recupere completamente su actividad de crecimiento. Coloca los trozos de raíz tumbados sobre el sustrato y cúbrelos con uno o dos centímetros de turba. Las nuevas plantas surgirán varias semanas después.
Fuente: Wikipedia.
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